Perro se porta mal al comer

¿Tu perro se porta mal cuando va a comer?

¿Cómo es tu perro a la hora de comer su alimento balanceado?

A- Se ciega tanto que es capaz de hacer cualquier cosa con tal de meter su cabeza en el plato, desde convertirse en perrito de circo y hacer piruetas, hasta hacernos un tacle para que lo soltemos y ellos puedan atrapar su plato en el aire. Definitivamente se porta mal.

B- Espera sentado, como perro bien educado, con la servilleta al cuello y las patas limpias, listo para tomar su cena.

¿Alguno te suena? Si te tocó una mascota Tipo B, tenés mucha suerte, porque estos ejemplares son los menos. Y si tenés un Tipo A, te adelanto que lograr convertirlo en un perro lo suficientemente correcto para invitarlo a cenar a un restaurante francés requiere mucha (¡mucha!) educación. Eso sí, siempre hay algo intermedio que podemos lograr de manera sencilla. Mirá…

Para empezar, la educación temprana es lo ideal para tratar que desde que es cachorro se acostumbre a esperar su comida sentadito. Es importante dejarle en claro que sus ladridos no van a servir de nada, por eso un “¡NO!” preciso a tiempo logrará hacerlo callar. Si repite esta conducta, debemos retarlo. Otra opción a la hora de darle de comer, es que intente trepar a la mesada o sacudir nuestras piernas con su pata una y otra vez, para recordarnos que él está allí abajo hambriento, como si ya no lo supiéramos. Por eso es bueno acostumbrarlo a que espere su almuerzo o cena sentado.

¿Cómo hacerlo? Con algunos granitos de su alimento balanceado, o con un snack para perros, hay que enseñarle al cachorro a sentarse, primero, y a que se quede quieto y sin ladrar, después. Con el pedacito de comida en la mano, hacemos el movimiento que él o ella deberá seguir para sentarse. Una vez que lo logramos, le damos la recompensa para reforzar la buena conducta del animal; luego le decimos que debe esperar. No hace falta recitar el Martín Fierro para esto; cuantas menos palabras utilicemos a la hora de dar una orden, mucho mejor. Le damos el snack y le decimos “¡QUEDATE!”, subrayando la orden con un movimiento de la mano para que se detenga.

Si logramos a la primera que nuestra mascota espere sentada a nuestro lado, es recomendable reforzar el buen comportamiento dándole otro snack y, finalmente, le damos su preciado plato de comida.

¿No nos resulta fácil hacerlo entender? Sí, a veces puede pasar, pero habrá que repetirlo hasta que le quede claro; ya se va a acostumbrar al folklore de la hora de la comida.

Lo mejor es que a medida que el perro crezca, su ración diaria sea repartida en dos, porque ya no hace falta darle tantas veces como cuando era cachorro. Así que si vamos a optar por darle almuerzo y cena, hay que tratar de hacerlo siempre en el mismo horario, para que sepa cuál es su hora de comer y así evitar la ansiedad.

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